«Este texto permite abordar una arista
acerca de cómo las relaciones entabladas en este espacio se convirtieron
en un modo de aceptación y reflejo real de la sociedad.
El avance tecnológico propio de este
tiempo moderno ha culminado con una nueva forma de relación social, en
la que miles de usuarios interactúan entre sí mediante una relación
irreal. Hay, más aún en la mayoría de los jóvenes, un sentido de
pertenencia y adaptación a una moda e inclusión que producen,
representan y reproducen mediante el uso de la red.
Más del 50% de los encuestados revisa
su perfil virtual más de cinco veces por día y la totalidad afirma
utilizar la red para chatear y subir fotos. La pérdida de la interacción
del ser social basado en una materialidad corporal ha quedado en
segundo plano, estas nuevas relaciones se sustentan en un espacio
virtual que pocas veces llegan a ser concretas. Para explicar mejor esta
idea es preciso detenerse en cómo el vínculo virtual se profundiza y se
trasciende a sí mismo con una particularidad propia: el botón del ‘me
gusta’ y las relaciones de amistad.
Bret Taylor, exdirector de tecnología de Facebook y creador el botón ‘Me gusta’ en
la red social, ha explicado: “La razón por la que lanzamos el botón
fue, en primer lugar, porque la gente quería apreciar algo, pero no
tenía nada que decir”.
Se calcula que por día se dan 4.5
millones de ‘likes’, además cabe decir que más del 60% de los
encuestados utiliza esta herramienta mayormente en las publicaciones
fotográficas. He aquí el tema central y victorioso de la red social, el
culto a la imagen individual que queda al descubierto en la popularidad
de cuantas aceptaciones disfrazadas de “me gusta” tenga esa figura.
Además de propiciar un vínculo aparente mediante una charla escrita,
los usuarios se preocupan por mostrar su lado más agradable. El 15% de
ellos utiliza una imagen que no se ajusta a la real, editan y alteran
sus publicaciones aparentando virtudes como la belleza y la inteligencia
para recibir más aceptaciones.
Los adolescentes, mayor cantidad de
usuarios de Facebook, que se ocupan por estas cuestiones se deprimen con
frecuencia al no alcanzar las aceptaciones esperadas. Es así como el
culto a la imagen del espacio tácito se vuelve real asumiendo como
verdaderas todas sus premisas en cuanto a la aprobación de un concepto
basado en la imagen y personalidad que se reproducen en el espacio
cibernético, en el que todo lo que se muestra es tomado como algo real.
Lo mismo ocurre con las solicitudes de
amistad que representan en la vida real la popularidad que se ve
reflejada por la lista de amigos. Cabe decir que la mayoría de los
jóvenes puede tener hasta más de mil amigos virtuales con los que no
interactúa en su realidad cotidiana, al contrario el mundo adulto y sus
relaciones no aparecen en ese espacio virtual. Lo mismo ocurre con las
relaciones amorosas y profesionales que necesitan de un sustento virtual
que no refleja necesariamente la realidad de cada participante.[...]»
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