«La juventud de toda Europa padece una
situación estructural común: el paro y la precariedad afectan a una
parte creciente de la población y sitúa, a muchas personas, en
situaciones de exclusión. Este era el motivo que reunía hace unas
semanas a representantes de organizaciones juveniles europeas de
Alemania, Eslovenia, España,
Francia, Italia e Irlanda, así como expertos y expertas en exclusión
social, precariedad laboral, desigualdades o crisis del empleo en el
marco de la iniciativa. Un encuentro de debate sobre lo que ha supuesto
la UE para la juventud y sobre las distintas alternativas que se debían
establecer con urgencia para atajar esta realidad.
Uno de los puntos comunes de la gran mayoría de las intervenciones
durante estas jornadas fue la denuncia de las políticas neoliberales de
austeridad fiscal y ajuste salarial promovidas por la Troika e insertas
en el paradigma dominante e impuesto a todos los países de la UE. Porque
estas políticas no solo no están sirviendo para salir de la crisis
económica, sino que están contribuyendo a alargarla, y en muchas casos a
agravar algunas de sus consecuencias y de sus problemas de fondo. Un
ejemplo de ello, y el más visible de esta crisis, ha sido sin duda el de
las elevadas tasas de desempleo que se han generalizado por todo el
territorio europeo y que afectan de forma más severa a la población
joven y en especial en los países considerados como periféricos.
Pero no hay que olvidar que estos problemas a los que se enfrenta la
juventud son un reflejo de cómo funciona —y cómo ha funcionado— el
sistema económico y de cómo se ha avanzado en la integración europea:
generando trabajos precarios, ampliando las desigualdades sociales y
condenando a grandes sectores de la población a la pobreza, siendo la
crisis un punto de inflexión que solo ha servido para agravar estas
condiciones.
La consecuencia directa en el plano político es la deslegitimación
del “proyecto europeo”, de la misma forma que las instituciones
nacionales, por la falta de mecanismos de respuesta para generar
cohesión social y territorial, así como de participación, que hoy
resultan a todas luces insuficientes. Esto representa una descomposición
de las democracias europeas, especialmente en aquellos países donde
estos rasgos se acentúan (como son los países del sur), y especialmente
en aquellos sectores de población que viven de forma generalizada esta
situación (como son las generaciones jóvenes).
Frente a esta situación, las soluciones y respuestas que se
enunciaron durante todo el encuentro lo hicieron desde un planteamiento
estructural, y no parcial, del problema.[...]»
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Público.es, Econuestra, Carlos Martínez
FUHEM Ecosocial. #PrecarityandYouth
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