quinta-feira, 28 de janeiro de 2010

Haití : el terremoto afecta a un país que está siendo social y ecológicamente destruido desde hace décadas

Map of Haiti with Port-au-Prince shownImage via Wikipedia


António Campos

O que talvez não sabíamos sobre o Haiti...

Ya se ocuparán otros de anunciar las cifras de la nueva desgracia que acaba de abatirse sobre Haití. Yo sólo quiero recordar ahora hasta qué punto esta isla en la que he venido realizando numerosos reportajes periodísticos ha sido destruida social y ecológicamente en las últimas décadas con la complicidad de los EEUU y de la ONU.

Viajando a bordo de una de las avionetas que comunican Santo Domingo con Puerto Príncipe, la capital de Haití, es ocioso que el piloto anuncie la frontera: para comprender que se comienza a volar sobre paisaje haitiano, basta percatarse del momento en que los árboles desaparecen bruscamente. En cosa de minutos, Haití apenas ofrece otra cosa que una sucesión de montes pelados: esta parte de la isla que apenas tiene el tamaño de Bélgica y suma 8 millones de habitantes y que fue otrora conocida como “la perla de las Antillas” se ve desde aire como un mundo lunar surcado por cauces carente de agua cuando no llueve.

El penosos estado de la mitad de la antigua Española viene a añadirse al sinnúmero de desdichas, a los miles de muertos, a los millares de exilados generados por los Duvalier, dictador padre y dictador hijo. Les sucedió Jean-Bertrand Aristide, el cura secularizado que, antes de ser depuesto, llegó a acumular con su abogada y esposa cerca de 850 millones de dólares de fortuna personal, sin duda para “sus pobres” de la Ciudad del Sol, los que le llevaron al poder en los años 80. Haití sufre uno de los medioambientes más degradados de las Américas: uno de los pocos estados del planeta en los que la historia del país se confunde totalmente, y de continuo, con la degradación de la naturaleza y del medio ambiente, porque los sucesores de los chiflados y de los dictadores no lo han hecho mejor.

En la región de Bombardópolis, en el extremo este, los campesinos se han visto reducidos con los años a desenterrar las raíces de los árboles para convertirlas en carbón vegetal. Porque hace mucho ya que cortaron los árboles. Venden este carbón, éste y otro que producen a partir de troncos que van encontrando todavía, para ganarse unas cuantas gourdes, la moneda local sin apenas valor. El grueso de los haitianos, señaladamente en la región de Gonaïves y en el norte, cocina con este combustible la poca comida que le separa de la muerte por inanición. Dos tercios de los haitianos, sobre todo en el norte y en el este, no tienen otra cosa que ese carbón vegetal, vendido a sacos a pie de carretera. La cubierta forestal de Haití se reduce ya a menos del 1% de la superficie.

Los árboles fueron primero víctimas del cultivo de la caña de azúcar y del café; luego, de una exportación incontrolada que enriqueció a la clase dominante y a los norteamericanos. Lo poco que queda, sirve de “leña de fuego”, como se dice en África, o de base para el carbón vegetal. La pugnaz competición que enfrenta a campesinos pobres con campesinos –un millón— sin tierras se solapa con los enfrentamientos entre bandas armadas. Las fuerzas de las Naciones Unidas no han logrado poner más orden en esos problemas que una clase política que, reproduciéndose de forma idéntica lustro tras lustro, ha perdido todo vínculo con una población en situación de abandono: el 1% de la población acapara al menos el 60% de la riqueza de un país abocado a la autodestrucción.

Cada año, lluvias más y más devastadoras a causa de las alteraciones climáticas que multiplican la violencia de huracanes y ciclones se precipitan sobre una superficie incapaz ya de retener tierra cultivable. Las tierras transportadas ni siquiera se detienen ya en los llanos, y ganan la costa: cada año, entre 37 y 40 millones de toneladas de tierra van a dar en la mar, y sólo el 10% del agua de lluvia penetra en el suelo. El resto discurre rápidamente sobre unos suelos encallecidos en la imposibilidad de que la retenga cualquier vegetación. Múltiples consecuencias: la irremediable alteración de los microclimas de la isla, el agostamiento de mantos freáticos vitales, 400 ríos o desaparecidos o con caudales que fluyen apenas unas semanas al año. Como en el caso de la leña, unas hostilidades pseudopolíticas enfrentan entre sí a los campesinos y a los campesinos con los grandes propietarios por el control del agua subsistente: se forman bandas que matan por el control de un simple canal de irrigación. Esta sequía progresiva ha llegado a un nivel inquietante en la segunda mitad de los 90, trayendo consigo la desaparición de los abundantes peces de agua dulce que constituían el alimento básico de muchos habitantes. En la llanura de la Arbonita, hacia el norte, los propios risicultores ya no tienen agua bastante para sus cultivos de arroz.

Una paradoja para un país en el que llueve desde luego mucho durante la mayor parte del año. Y año tras año desaparecen risicultores, porque los EEUU exportan a Haití 250.000 toneladas de arroz norteamericano públicamente subvencionado, y por lo mismo, menos caro que el arroz local que se compra en los mercados. Cada año, millares de personas pierden la vida a causa de las inundaciones que transforman la menor pendiente en un torrente furioso. Decenas de veces al año, un pequeño viento huracanado que dure media hora basta para que Puerto Príncipe, rodeado de colinas, se vea invadido desde las alturas de la capital por toneladas de detritus que se acumulan en las calles de la baja ciudad, en donde viven los más pobres. En la Ciudad del Sol, el suburbio costero más miserable, el bastión desde el que Aristide lanzó su carrera como sacerdote y luego como político, la densidad demográfica es de 10 personas por metro cuadrado: algunas familias llegan incluso a turnarse para dormir en las chabolas que uno de cada dos huracanes o destruye o inunda.

En este universo ecológicamente catastrófico que, desde 1940, ha perdido dos tercios de sus tierras cultivables la esperanza de vida ha retrocedido hasta los 52 años, lo que se explica, en parte, por una de las mortalidades infantiles –insalubridad mediante— más altas del mundo: 77 por mil. El Sida, desde luego, pero también todas las enfermedades contagiosas posible e imaginables, incluidas las que hace tiempo desaparecieron ya del resto del continente americano. El estado del agua refleja, a la vez, el estado del medio ambiente y el estado de un país, uno de cuyos escritores se preguntaba recientemente “si, a pesar de las apariencias, existe realmente”.

A todas estas desgracias hay que añadir la contaminación atmosférica generada por la circulación urbana de Puerto Príncipe y por las fábricas instaladas en el país, señaladamente alrededor de la capital. No hay la menor legislación reguladora de los residuos lanzados a la atmósfera por las instalaciones industriales. Y causa de eso, y también con ánimo de sacar provecho de una mano de obra más barata todavía que la asiática y de una legislación defiscalizada, muchas empresas norteamericanas e internacionales han instalado plantas de producción en Haití. Contaminan, salvo, claro está, en las zonas altas de la capital, en las que viven, por encima de la nube fétida, los propietarios de unos 4 X 4 con cristales opacos blindados que, bajo la protección de guardias privados, salen de una mansiones que más que villas parecen muchas veces verdaderos castillos. Castillos bien provistos de cámaras de vigilancia…

Dos proverbios haitianos, uno en francés y otro en creole, resumen la situación de un país del que el Programa de las Naciones Unidas para el Medio Ambiente dejó dicho en 2003: “El mundo no tienen la menor idea del horror de la situación que se vive en Haití.” El primero: “Un negro rico es un creole, un creole pobre es un negro”; el segundo, en creole: “En Haití es el blanco quien decide”. “Blanco”, en Haití, quiere decir “extranjero”. Nada autoriza a pensar que, desde el punto de vista de la naturaleza y del medio ambiente, lo mismo que desde el punto de vista político, la situación pueda cambiar a corto plazo. Pues, como explicaba un diplomático francés durante una de las numerosas crisis: “Para salir del hoyo hay que empezar al menos a dejar de cavar”. El terremoto no es sino una desgracia más para este pueblo apasionante que se debate entre la desaparición y la muerte.

Claude-Marie Vadrot

http://www.sinpermiso.info/textos/index.php?id=3039
Jan 2010


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segunda-feira, 25 de janeiro de 2010

Compreensão do problema social da velhice

the old peopleImage by &y via Flickr


António Campos

Apesar da enorme multiplicidade de situações que a história e a etnologia nos dão a conhecer, é possível afirmar que de um modo geral as pessoas iam envelhecendo sem que isso lhes conferisse um estatuto à parte, isto é, sem que houvesse instituída uma idade a partir da qual se passasse a ser velho. Com o passar dos anos, as transformações que ocorreram nas sociedades industrializadas e o gradual envelhecimento das suas populações proporcionaram as condições para que socialmente se começasse a considerar a velhice como situação problemática a necessitar de apoio social. A velhice tornou-se um problema social e passou a mobilizar gente, meios, esforços e atenções suficientes para que qualquer um disso se aperceba. A ela está vulgarmente associada a ideia de pobreza ou, pelo menos, da escassez de meios materiais, de solidão, doença e também, de alguma forma, de segregação social, corte com o mundo (...).

A sociologia, não só pela história da sua origem, mas também pela evolução que conheceu posteriormente, tende a ser associada à resolução dos problemas sociais do momento. A maior parte dos trabalhos desenvolvidos por Durkheim tinham por objectivo resolver situações de crise na sociedade da época. Na actualidade, um grande número de investigações são orientadas para problemas bem conhecidos de todos como a droga, o desemprego, a criminalidade, a velhice, entre outros. Segundo Pierre Bourdieu:"cada sociedade, em cada momento, elabora um corpo de problemas sociais" tidos por legítimos, dignos de serem discutidos, públicos, por vezes oficializados e, de certo modo, "garantidos pelo Estado". Espera-se do sociólogo um contributo para a resolução dos problemas. Este, à partida, conhece dos fenómenos o que lhe foi socialmente dado a conhecer, isto é, ele identifica os problemas na realidade envolvente, reconhece-os tal como se apresentam aos olhos de todos. Os outros contribuem para confirmar e solidificar o que ele vê, tornando essa realidade uma realidade evidente e coerente (…).

Em certos casos, como o da velhice, por exemplo, o envolvimento afectivo e emocional contribui ainda mais para dificultar a libertação, repercutindo-se na forma como se concebe e explica a realidade social. O problema social da velhice nos nossos dias, por todos conhecido e suficientemente divulgado pelas instâncias políticas e pelos meios de comunicação social, é produto da construção social resultante do confronto de ideias e de interesses entre grupos sociais e entre gerações, de modo a obter o poder da manipulação sobre as classes de idades. Este estado de relações de força é histórica e etnicamente diferenciado. O objecto de estudo do sociólogo é reconstituir estes processos sociais, identificando os agentes que os levam a cabo, as estratégias que utilizam, as gerações e os grupos sociais a que pertencem, de modo a compreender a lógica de exclusão social a partir de um certo limiar de idade (…)

Estamos perante um dos exemplos mais característicos de investigação em que a formulação do objecto de estudo exige a reconstituição da história social do problema em causa. Para Remi Lenoir "a sociologia da velhice, resulta de uma divisão não científica da sociologia que se constituiu em relação ao aparecimento de um problema social". O estudo sociológico da velhice exige começar por romper com as concepções dominantes do que é ser velho, procurando observar, por um lado, as distinções existentes entre diferentes categorias de agentes e, por outro, os contextos em que os fenómenos se desenvolvem, as representações que vão adquirindo forma e os, problemas sociais que vão surgindo. É romper com a visão comum que tem tendência a tratar uma categoria de idades como se fosse um grupo de agentes não diferenciados, dotados das mesmas propriedades substanciais, inscritas numa espécie de essência biológica, conhecidas e reconhecidas por todos, pois remetem para uma representação mental que lhes é comum.

Este itinerário científico é o prosseguido por Remi Lenoir em L' invention du troisieme âge. Segundo este autor o surgimento da terceira idade, categorização segundo a qual se é socialmente considerado velho, é o resultado de um processo de construção da representação da velhice encarada como problema social. Ser velho representa ser diminuído, carenciado, alguém que precisa da nossa solidariedade, da nossa ajuda. Na génese deste processo estão algumas transformações estruturais da sociedade, como a generalização dos sistemas de reforma cuja aplicação se relaciona com modificações nos modos de gestão do trabalho, ou seja, a generalização do trabalho assalariado.

Historicamente, o problema social da velhice coloca-se, de início, associado à miséria em que se encontravam os operários de idade avançada, que por razões fisiológicas de perda de capacidades que lhes reduzia as potencialidades para o trabalho e consequentemente os afastava dos circuitos de produção. A falta de meios de subsistência próprios e de auxílio familiar, que, ou por afastamento, ou por ruptura dos laços de solidariedade, promovia situações de pobreza extrema.

O surgimento das primeiras reformas ficou a dever-se a dois tipos de factores: aos movimentos sindicais, que adquiriram capacidade de se impor, especialmente em locais de grande concentração industrial, e à necessidade de o patronato, e mesmo alguns organismos estatais da época, apaziguarem situações de conflito e mesmo procurarem recompensar o trabalho dedicado de alguns operários.

Com as transformações económicas e sociais da segunda metade do século XX, o capital dominante na determinação da posição social passou a ser o capital escolar. Apesar de a sua aquisição depender, em parte, do empenhamento da família, ele não é um bem transmissível através de herança como o capital fundiário ou financeiro. A herança perde importância a par com a possibilidade de herdar e deserdar. O capital escolar pode ser transformado em capital social, cultural, económico, dependendo para tal do campo em que o agente detentor se move e tem a particularidade de se incorporar no próprio indivíduo. A família, mesmo que bem dotada escolarmente, não tem capacidade de interferir completamente neste processo. Deixa de ser fundamental na transmissão do capital, que é neste caso o capital escolar, afectando profundamente a forma como se relacionavam as gerações.

Lentamente, a par com a emergência de sistemas de reforma inicia-se um processo de transferência de responsabilidades dos filhos para a sociedade, mais concretamente para o Estado, o trabalhador e a entidade empregadora, através de compromissos que adquirem formas variadas. Os filhos vão ficando dispensados do dever sagrado de cuidar dos pais. E, gradualmente, vão-se modificando a natureza e a intensidade dos laços que unem tradicionalmente as gerações (…).

Em síntese, podemos afirmar que o problema fundamental é a institucionalização do encargo social da velhice em que a sociedade em geral se substitui aos filhos e o que eram anteriormente problemas individuais e privados, por isso vividos dentro do âmbito estrito da família, vão escapando para o exterior e sendo assumidos como problemas de todos, que vão precisar de resolução colectiva. É todo um trabalho de mobilização no sentido de levar ao reconhecimento e legitimação do problema como tal, o que pressupõe a existência de grupos interessados em produzir uma nova categoria de percepção do mundo social, levando mesmo a grandes campanhas de promoção de modo a inseri-la dentro das preocupações sociais de momento. Entre os agentes intervenientes neste processo está o Estado, a instância legítima de resolução dos problemas decorrentes da vida pública, que detém um dos maiores poderes, segundo Pierre Bourdieu, que é o de "produzir e impor (nomeadamente pela escola) as categorias de pensamento que aplicamos espontaneamente a todas as coisas do mundo e até ao próprio Estado". Ao apropriar-se da resolução do problema social da velhice o Estado, através das organizações públicas e para-públicas directamente envolvidas e da acção dos agentes que nelas trabalham, tem contribuído fortemente para a institucionalização do problema e a construção das representações do que é ser velho, que lhe estão associadas (…)

A instauração dos sistemas de reforma e, de modo mais amplo, dos sistemas de segurança (de saúde, materno-infantil, etc.) que surgem em todos os países industrializados desde o século XIX consistem, no essencial, na transferência, para mecanismos despersonalizados e burocratizados, dos processos de redistribuição e encargo que anteriormente eram da responsabilidade das famílias ou de outras instâncias similares, mas no contexto da vida privada. No que respeita ao encargo das gerações mais velhas, a passagem faz-se da negociação dos custos e obrigações decorrentes de pessoa a pessoa, no âmbito privado da família, para instâncias despersonalizadas e burocratizadas em que as relações entre os agentes se operam de forma anónima, ignorando mutuamente as suas existências.

Com esta nova forma de gestão dos problemas sociais resultantes da velhice e do envelhecimento demográfico os conflitos de interesses reduzem-se a "confrontações entre responsáveis político-administrativos e especialistas de instituições". A evolução das relações entre gerações é, desta forma, mediatizada por aquilo que se designa vulgarmente por política social.

Fonte : Velhice e Sociedade, Ana Alexandre Fernandes, (adaptado)


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quinta-feira, 21 de janeiro de 2010

Banca sobreviveu graças ao tráfico de droga, acusa ONU

The Bank of New YorkImage via Wikipedia


António Campos

Perto de 240 mil milhões de euros em dinheiro sujo evitou um colapso ainda maior, diz responsável da ONU pelo combate ao crime.

O máximo responsável da ONU pelo combate ao crime e ao tráfico de droga, o italiano Antonio Maria Costa, acusou o sistema financeiro de ter recebido dinheiro sujo como forma de resolver os problemas de liquidez que enfrentava. "Os empréstimos interbancários foram financiados por dinheiro vindo do tráfico de droga e outras actividades ilegais", acusou ontem em declarações ao "Observer". Ao todo, calcula em 352 mil milhões de dólares (240 mil milhões de euros) o capital ilícito que terá entrado no sistema financeiro durante a crise.

Segundo o mesmo responsável, a ONU já viu provas de que o único "investimento líquido de capital" que foi disponibilizado a alguns bancos veio de gangues de crime organizado, algo para o qual foi alertado por agências de combate ao crime há cerca de 18 meses. "Em muitos casos, o dinheiro da droga era a única liquidez disponível. Na segunda metade de 2008, a falta de liquidez era o maior problema do sistema bancário, logo ter liquidez em capital tornou-se um factor muito importante", salientou ao jornal britânico. Antonio Maria Costa revelou que algumas das provas a que o seu departamento teve acesso mostram que muito deste dinheiro sujo foi mesmo aproveitado para salvar algumas instituições financeiras em risco devido ao congelamento dos empréstimos interbancários. "Há alguns sinais que alguns bancos foram assim salvos", acusa sem pruridos, negando-se porém a nomear bancos ou países que possam estar envolvidos. "O dinheiro faz agora parte do sistema e já foi lavado", aponta mesmo.

"Houve um momento, no ano passado, quando o sistema paralisou devido à falta de vontade dos bancos em emprestar dinheiro ao resto do sector. A progressiva reliquidação do sistema, e consequente melhoria de alguns bancos, veio tornar o problema menos sério do que chegou a ser", referiu o Czar anticrime da ONU, conforme o "Observer" chama Antonio Maria Costa. Segundo estudos da ONU, Grã-Bretanha, Suíça, Itália e Estados Unidos são ser os mercados mais utilizados para lavagens de dinheiro.

Portugal exemplar Questionado pelo i a propósito das acusações da ONU ao sistema bancário, António de Sousa, presidente da Associação Portuguesa de Bancos, refere que "Portugal é considerado um dos países que cumpre de forma rigorosa todos os aspectos ligados ao branqueamento de capitais". E lembrou ainda a existência de "estudos realizados por organizações internacionais" que atribuem ao país "a melhor classificação nesse âmbito e referem que o nosso país respeita integralmente todas as regras impostas a nível internacional de forma exemplar".

Já a associação britânica de bancos exigiu a apresentação das provas referidas pela ONU.

ionline, Dez 2009



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segunda-feira, 18 de janeiro de 2010

A realidade das nossas sociedades: a diferença

Look towards Pico das Torres, in the island of...Image via Wikipedia


António Campos

«Vivemos num mundo confuso. Por vezes parece que vivemos cada vez mais próximos uns dos outros. Para os que têm acesso à informação é possível estar em contacto com o outro lado do planeta em segundos. Mas perto de casa as distâncias entre nós estão a aumentar. Não apreciamos as nossas sociedades multiculturais como poderíamos: como um fenómeno que nos enriquece pela diversidade e que não nos deveríamos permitir desperdiçar.

Infelizmente, a presença de pessoas diferentes num país pode levar ao desinteresse e à indiferença. Para as minorias nas nossas' sociedades a discriminação permeia todas as áreas da vida: acesso aos serviços públicos, oportunidades de emprego, alojamento, organização e representação política, acesso à educação.

A intolerância crescente conduz frequentemente à violência e, em casos mais extremos, ao conflito armado.»

Todos Diferentes, Todos Iguais - Pacote Educativo, Centro Europeu da Juventude,
Conselho da Europa, 1995 (adaptado)


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quinta-feira, 14 de janeiro de 2010

A recessão agravou as condições de vida dos jovens: A geração que está agora com 16-25 anos estará perdida?

Young people at the Shine debateImage by UK Parliament via Flickr


António Campos

Geração perdida. A expressão, amarga, integral, acaba de ser usada no Reino Unido para encaixar quem tem agora entre 16 e 25 anos. Em Portugal há indicadores.

Com a recessão, por ser tão difícil encontrar emprego e segurá-lo, uma geração inteira está desesperançada. Se o país não responder, toda ela se perderá, avisam os autores desse estudo encomendado pela organização não governamental Prince"s Trust. Em Portugal, não há qualquer estudo equivalente a este financiado pelo príncipe Carlos - que auscultou 2088 britânicos. Mas há indicadores. A Eurostat acaba de actualizar o fulcral: em Novembro, o desemprego nos jovens até aos 25 anos estava nos 18,8 por cento, abaixo da média da União Europeia (21,4 por cento). Nos extremos, a Holanda (7,5) e a Espanha (43,8).

O fenómeno é bem conhecido, julga Virgínia Ferreira, da Faculdade de Economia da Universidade de Coimbra (UC): "Ao lado, em Espanha, chamam-lhes os mileuristas. Aqui, ficamos pela metade, pelos 500 euros." Falar em geração perdida, contudo, parece-lhe um exagero: "Isso é um rótulo, uma máxima usada para simplificar uma ideia complexa".

Há cada vez menos jovens. Em 1999, segundo o Instituto Nacional de Estatística, eram 3,1 milhões - 48 por cento tinham entre 15 e 24 anos (1,5 milhões). Em 2008, eram menos 327 mil. E o grosso da contracção (295 mil) verificou-se naquela faixa etária. É a geração mais escolarizada de sempre. No ano lectivo 2007-2008, estavam inscritos no ensino superior 377 mil alunos - mais 20 por cento do que em 1995-1996. No final, as universidades mandaram para o mercado mais de 83 mil diplomados - mais 16 por cento do que no ano anterior. Apesar disto, "as gerações anteriores entraram mais facilmente no mercado de trabalho", avalia Carlos Gonçalves, que tem estudado a empregabilidade dos universitários. Agora demora mais. E quem fura, amiúde, fá-lo através de contratos a termo certo ou de recibos verdes. O exemplo típico é o do licenciado no call center.

Havia, aponta Elísio Estanque, da Faculdade de Economia da UC, "uma empregabilidade relacionada com a aprendizagem". Os alunos tentavam se-guir o gosto, a vocação. O ensino "democratizou-se, mercantilizou-se". A garantia esfumou-se. A crise agudizou o fosso. Agora, "a grande preocupação é se o curso tem ou não saída. Per-versamente, têm mais dificuldades em obter melhores resultados".

A difícil transição

Nem só os universitários vivem a calamidade. Os menos qualificados também - todos os dias, empresas a falir, fábricas a fechar portas. A transição do mundo juvenil para o mundo adulto alterou-se. Os jovens deixam-se estar em casa dos pais. Adiam compromissos - como comprar casa ou constituir família, precisa Virgínia Ferreira. Por toda a parte se vê desejar um trabalho precário. Não aquele em vez de outro: aquele porque não há outro. "À minha volta está tudo deprimido por não ter expectativas e por ter de conviver com um emprego insatisfatório", desabafa Sara Gamito, do movimento Precários Inflexíveis. "Ficam com os pés e as mãos atados e vão perdendo o alento."

"Apesar de não nos definirmos só pelo que fazemos, o trabalho desempenha um papel fundamental na construção do eu", explica Sofia Marques da Silva, da Faculdade de Psicologia e Ciências da Educação da Universidade do Porto. "E o salário é um elemento essencial para aceder a bens e organizar a transição. Sem salário, há um recuo ligado até à dignidade."

Recusa o epíteto "perdida", mas está convencida de que "esta geração tem muita dificuldade em ter uma cultura de projecto - em imaginar o que vai fazer num tempo que ainda não existe". Fixa no presente o sentido dos dias e isso parece-lhe "perigoso": "Alguém que não imagina etapas na sua vida, às vezes, só quer usufruir rapidamente momentos, sensações". Não fala em revolta, como se viu noutros países europeus. Fala de ingresso na criminalidade, por exemplo. Elísio Estanque observa alheamento e inquieta-se com a saúde da democracia. Não só por o sistema não funcionar sem uma base de participação eleitoral. Também por ser importante haver associações para o olear. E existir "pouca disponibilidade dos jovens para participar: condiciona-os o medo".

Não se pode homogeneizar. Há focos de protesto, inclusive através de blogues e movimentos, como lembra Cristina Andrade, da Fartos d"Estes Recibos Verdes. Mas impera "uma docilidade que é assustadora", torna Sofia Marques da Silva. "As empresas olham para estes jovens como dóceis. Aceitam tudo." Ao fazer uma etnografia numa casa de juventude de Matosinhos, ouviu um dizer: "Comem a carne e deixam-nos os ossos". O rapaz que pronunciou aquela frase não aceitava tudo. Tinha 20 anos e já fora cortador de carne, já fora estivador no Porto de Leixões e não aceitou um trabalho na construção - era mal pago, era nocturno e em tempo de chuva.

Há estratégias de valorização - de sobrevivência mental. Às vezes, basta-lhes uma centelha. Sofia Marques da Silva viu aquele rapaz explicar, por exemplo, como carregar contentores é exigente em termos físicos. Ou uma rapariga que trabalhava numa fábrica gabar-se de saber fazer de tudo: cortar, coser, limpar.

Factos e números sobre o problema maior de uma geração

- Entre 1999 e 2009 foram criados 273,3 mil postos de trabalho. Mas destruíram-se 221 mil empregos ocupados por jovens.

- Na mesma década, foram criados 117 mil postos de trabalho com contratos permanentes. Mas destruíram-se 175 mil empregos com contratos sem termo ocupados pelos jovens e 77 mil ocupados por empregados com idades entre os 25 e os 34 anos.

- De 1999 a 2009, foram criados 205 mil postos de trabalho com contratos a prazo. Mas destruíram-se nove mil postos de trabalho a prazo ocupados por jovens. Mais de metade dos postos de trabalho criados com contratos a prazo foram ocupados por pessoas com idades entre os 25 e os 34 anos.

- Nesses dez anos, destruíram-se 48 mil empregos com outro tipo de contratos (incluindo recibos verdes). Três em quatro desses postos de trabalho eram ocupados por jovens.

- Em 1999, cerca de 60 por cento dos jovens tinham um contrato permanente. Dez anos depois, esse grupo desceu para 46 por cento do total.

- Em 1999, cerca de 30 por cento dos jovens tinham um contrato a prazo. Dez anos depois, o seu número representava já 47 por cento do total.

- Em 1999, um em cada quatro desempregados era jovem. Em 2009, passou a ser um em cada seis.

- Em 1999, três em cada quatro desempregados jovens tinham o ensino básico. Dez anos depois, o seu número baixou para dois em cada quatro.

- Em 1999, os jovens desempregados licenciados representavam cinco por cento do desemprego juvenil. Dez anos depois, o seu peso era já de 12 por cento.

- Em 1999, havia nove mil jovens licenciados inactivos (não eram empregados nem desempregados). Dez anos depois, passaram a ser 26 mil. Nesse período, subiu também o número de jovens inactivos com o ensino secundário (de 212 mil para 228 mil).

Ana Cristina Pereira, Romana Borja-Santos

Público, Jan2010 (adaptado)


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segunda-feira, 11 de janeiro de 2010

A interacção social nas sociedades contemporâneas

RAM6: SOCIAL INTERACTION & COLLECTIVE INTELLIGENCEImage by Technologies To The People via Flickr


António Campos

Ao contrário do que se passa nas sociedades tradicionais, nas sociedades modernas estamos constantemente a interagir com outras pessoas que nunca vimos ou conhecemos. Praticamente todos os nossos encontros quotidianos, como as compras no supermercado ou uma ida ao banco, fazem-nos entrar em contacto - indirecto, não obstante - com pessoas que poderão viver a milhares de quilómetros de distância. Algumas pessoas receiam que os rápidos avanços na tecnologia da comunicação, como o correio electrónico, a Internet, o comércio on-line, venham apenas aumentar esta tendência para haver cada vez mais interacções indirectas. De acordo com esta perspectiva, as pessoas estão a isolar-se crescentemente, à medida que o ritmo de vida aumenta: interagimos hoje em dia mais com os nossos ecrãs de televisão do que com os vizinhos ou membros da mesma comunidade. Além disso, na comunicação indirecta, na Internet, o espírito está presente, mas o corpo está ausente, não se observam os movimentos faciais, corporais, os gestos com as mãos, etc.

Muitos adeptos da Internet não estão de acordo, argumentando que, longe se ser impessoal, a comunicação on-line tem muitas vantagens próprias, que as formas de interacção mais tradicionais, como o telefone e o encontro face a face, não partilham. A voz humana, por exemplo, pode ser superior em termos de expressão de emoções e subtilezas de sentido, mas pode também passar informação acerca da idade, género, raça ou posição social do emissor - informação que pode ser utilizada em seu prejuízo. Ainda segundo estes, a comunicação electrónica disfarça todos estes elementos identificativos, garantindo que a atenção se foca estritamente no conteúdo da mensagem. A interacção electrónica é muitas vezes apresentada como algo que liberta e confere poder, uma vez que as pessoas podem criar as suas próprias identidades on-line e falar de uma forma mais livre do que o fariam noutros contextos.

Quem tem razão neste debate? Até que ponto a comunicação electrónica substitui a interacção face a face? Não há dúvida que as novas formas de comunicação estão a revolucionar a forma como as pessoas comunicam, mas, mesmo numa altura em que é cada vez mais fácil a interacção de forma indirecta, os seres humanos continuam a valorizar o contacto directo - talvez ainda mais do que antes. As pessoas no mundo dos negócios, por exemplo, não deixam de estar presentes em reuniões (às vezes tendo mesmo de viajar de avião através de meio mundo), quando aparentemente seria muito mais simples e eficaz negociar através de vídeo ou teleconferência. Os membros de uma família poderiam tratar de arranjar reuniões virtuais ou encontros em dias de festa com recurso a comunicações electrónicas «em tempo real», mas não há ninguém que deixe de reconhecer que assim sentiriam a falta da proximidade e intimidade das celebrações face a face.

Giddens, A. (2004) (adaptado)


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quinta-feira, 7 de janeiro de 2010

Bolseiros apelam ao Parlamento por novo estatuto que os tire da “precariedade”

Emprendre el futur - STIC.CATImage by victor_martin_garcia via Flickr


de António Campos

A Associação de Bolseiros de Investigação Científica (ABIC) foi hoje apelar à Assembleia da República para que aprove um novo estatuto do bolseiro e, dessa forma, acabe com a situação de “precariedade” que afecta cerca de dez mil bolseiros.
Em declarações à agência Lusa, um dos dirigentes da ABIC explicou que o motivo da audiência na Comissão Parlamentar de Educação e Ciência foi realçar perante os deputados que os bolseiros de investigação científica “têm um estatuto que não lhes consagra o carácter jurídico de trabalhador”.

“Não sendo considerados como trabalhadores, não têm acesso ao regime geral da Segurança Social e travam-se com um conjunto de problemas como a falta do subsídio de desemprego, as reais perspectivas de emprego, e durante o período por vezes muito longo de 10, 12 anos, terem condições de grande precariedade”, explicou André Levy.

Nesse sentido, perante os deputados da comissão, deixaram o apelo para que ainda durante a actual legislatura seja aprovado um novo estatuto de bolseiro.

“De tal forma que as bolsas sejam aplicadas apenas a períodos de formação de carácter limitado no tempo e que os actuais bolseiros que estão a realizar trabalho científico possam ser efectivamente contratados como outros trabalhadores científicos”, exigiram.

De acordo com o dirigente da ABIC, as bolsas não são actualizadas há cerca de oito ou nove anos.

“Desde 2001 os bolseiros já perderam cerca de 20 por cento do seu poder de compra, portanto creio que está chegada a altura de haver um aumento para que se possa regularizar a sua remuneração, em particular os que auferem as bolsas mais baixas”, apontou André Levy.

Já em inícios de Abril do ano passado, por ocasião de uma reunião no Ministério da Ciência, Tecnologia e Ensino Superior, a ABIC tinha entregue um abaixo-assinado com cinco mil assinaturas a pedir um aumento do valor das bolsas.

Segundo os dados da associação, se uma bolsa de doutoramento, que em 2002 chegava aos 980 euros, tivesse sido actualizada todos os anos ao valor da inflação, atingiria em 2008 os 1155 euros, o que representa uma perda efectiva de quase 176 euros mensais.

Este valor é ainda mais elevado quando se trata de uma bolsa de pós-doutoramento que em 2002 era de 1450 euros por mês. Como não sofre alterações desde essa altura, a ABIC calcula, tendo por base o valor da inflação, que em 2008 esses bolseiros deveriam ganhar 1709,50 euros, o que representaria mais quase 260 euros por mês.

A ABIC estima que em Portugal haja cerca de 10 mil bolseiros, podendo o número por vezes oscilar entre os oito mil e os 12 mil, já que não há dados rigorosos, sabendo-se apenas que pela Fundação para a Ciência e Tecnologia (FCT) são cerca de cinco mil.

Publico, Jan 2010

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segunda-feira, 4 de janeiro de 2010

Tatuagens e piercings - sinais dos tempos

HellForSaleDetailImage by [ZicoCarioca] via Flickr


António Campos

A lista de dimensões relacionadas com a “cultura do corpo” e as novas indústrias do lazer hoje muito difundidas nas sociedades urbanas desenvolvidas, é enorme.
Os estilos de vida reflectem a especificidade de valores, atitudes e comportamentos dos indivíduos e dos grupos, contribuindo para a construção de identidades pessoais e colectivas, e ligando-se por isso às diversas subculturas.

Desde tempos remotos que o homem grava símbolos da sua cultura na pele. Para os índios Sioux, e já para os Egípcios também era assim, tatuar o corpo servia como meio de expressão religiosa ou mágica. (...) Para algumas comunidades primitivas das ilhas do Pacífico, o acto de pintar o corpo marcava a passagem da infância para a maioridade. E funcionava também como sinal de ascensão social: quanto mais tatuado fosse o indígena, mais elevado era o seu estatuto na tribo.

Já no Japão feudal, diz-se, as coisas eram diferentes. Neste caso, as tatuagens eram usadas, ao que parece, como forma de punição. Daí talvez a conotação, ainda hoje presente nas sociedades ocidentais, das tatuagens com determinados movimentos marginais e grupos específicos, tais como marinheiros, soldados e presidiários. (...)

Mas apesar das contra-indicações - a dor, o carácter permanente, o risco para a saúde, os preconceitos -, o uso de tatuagens e piercings deixou de ser apenas uma prática simbólica de grupos marginais ou movimentos contestatários da sociedade. Passou a ser apropriado pela cultura de consumo, explorando o fascínio pelo "diferente" e pelo "exótico". "Ser diferente", ao que parece, é uma das motivações mais frequentemente apontadas para a realização de tatuagens e piercings.

"Diferente", note-se, tanto pode significar exclusão em relação à sociedade pela recusa dos modelos instituídos, como pode representar uma mera demarcação estética, em termos de aparência física. Tanto assim é que há uns anos para cá alguns estilistas passaram a incorporar estes símbolos nas suas colecções, utilizando a tatuagem e o piercing como acessórios de moda. Por uma razão ou por outra, o facto é que cada vez mais pessoas se dispõem a gravar na pele figuras que cativam, excitam, interpelam e embelezam os corpos.

Em consequência, assiste-se não só à mercadorização destas práticas, traduzida, nomeadamente, na proliferação de ateliers de tatuagens e piercings nos principais centros urbanos, mas também à sua artificialização, graças ao desenvolvimento de uma indústria de produtos, como as tatuagens temporárias, ou à oferta de serviços de remoção de tatuagens tradicionais, que permitem alargar o leque de utilizadores e aumentar a aceitação social destas práticas.

J. M. Marques Apolinário, (adaptado)



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sábado, 2 de janeiro de 2010

Portugal deve ter dois milhões de pobres: Ano Europeu contra a Pobreza e Exclusão começa hoje

Father and Son - The Cycle of Poverty ContinuesImage by uncultured via Flickr


de António Campos

Há três meses, o inquérito Eurobarómetro revelava que 62 por cento dos portugueses diziam ter alguma dificuldade em viver com o rendimento doméstico mensal, enquanto 15 por cento consideravam ser difícil.

Por outro lado, o inquérito europeu refere que em Portugal 88 por cento dos inquiridos consideram que a pobreza é um problema internacional.

Em números gerais, já sem avaliação por país, o estudo mostra que nove em cada dez europeus (87 por cento) crêem que a pobreza é um obstáculo ao acesso a uma habitação condigna, oito em cada dez acham que limita o acesso ao ensino superior ou a educação de adultos e 74 por cento consideram que reduz as possibilidades de encontrar um emprego.

A maioria dos europeus (60 por cento) acredita que afecta também o acesso a um ensino básico de qualidade e 54 por cento pensam que a capacidade de manter uma rede de amigos e conhecidos é limitada.

Quase 90 por cento dos europeus querem acção dos governos

Em média, nove em cada dez (89 por cento) europeus afirmam ser necessária e urgente a acção dos governos nacionais contra a pobreza.

Em meados de Dezembro, o director-executivo da associação de solidariedade Cais denunciava que a pobreza atinge 18 por cento da população, dois milhões de pessoas. Mas esse número poderia ultrapassar os quatro milhões sem as ajudas do Estado, anteviu Henrique Pinto.
Para colocar na ordem do dia a pobreza, Portugal gastará este ano mais de 700 mil euros e as autoridades prometem mobilizar a sociedade civil para o seu combate, anunciou Edmundo Martinho, responsável pelo grupo de trabalho em Portugal do Ano Europeu da Luta Contra a Pobreza e Exclusão Social.

“Não se pretende que no final de 2010 não haja pobreza em Portugal, mas que tenha havido impactos muito fortes e que todos nós compreendamos que não há ninguém dispensado deste esforço de combate à pobreza e à exclusão”, resume o também presidente do Instituto da Segurança Social.

O responsável anunciou ainda que este ano as famílias com filhos menores e dificuldades financeiras vão receber um apoio estatal para que passem a ter rendimentos acima do limiar da pobreza.

A medida está prevista no Programa do Governo e deverá entrar em vigor neste Ano Europeu da Luta Contra a Pobreza e Exclusão Social.

http://www.publico.clix.pt/Sociedade/ano-europeu-contra-a-pobreza-e-exclusao-comeca-hoje_1415945



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